En piscinas exteriores, la radiación UV destruye el cloro disuelto y cuanto mayor sea la temperatura y la exposición al sol mayor será la pérdida de cloro, de ahí que sea habitual utilizar un estabilizante que reduzca el consumo de desinfectante.
En la mayoría de las ocasiones para evitar este proceso se utiliza el ácido isocianúrico denominado también “estabilizador del cloro”.
El ácido isocianúrico es bastante nocivo; según la legislación vigente su concentración máxima es de 75 mg/l y si se alcanzase los 150 mg/l se debe cerrar la piscina. Al tratarse de un ácido contribuye a bajar el nivel de pH y también evita que el cloro se consuma demasiado deprisa. Sin embargo presenta dos problemas:
- No se elimina nunca. A medida que se va añadiendo más, se va acumulando en el agua y puede llegar a poner en riesgo la salud de los bañistas.
- “Secuestra” el cloro libre. Si bien es cierto que el ácido isocianúrico protege el cloro de la evaporación y la oxidación, si los niveles de ácido en el agua son demasiado elevados esté impide al cloro actuar y produce, por tanto, lecturas “falsas” llegando a medir niveles de desinfectante p.ej de 1 ppm de cloro libre. Sin embargo, ese cloro no es “libre” ya que el isocianúrico no le deja actuar. El resultado son aguas blanquecinas o verdosas hasta con 2 ppm de cloro.
La única manera de rebajar o eliminar el ácido isocianúrico es mediante renovaciones o el vaciado total de las piscinas. Si tenemos por ejemplo 75 ppm y queremos bajarlo a la mitad, tendremos que tirar la mitad de nuestra agua. Los valores más altos de isocianúrico se van alcanzando a medida que avanza el verano, coincidiendo con los periodos de escasez de agua, por lo que el impacto medioambiental es todavía mayor.
Por último, el ácido isocianúrico es un producto orgánico con lo que, al añadirlo al agua de la piscina, sirve además de nutriente para bacterias y algas, favoreciendo su proliferación al proporcionarles alimento.
Pero incluso aunque pensemos que no estamos dosificando ácido isocianúrico, la mayoría de productos de cloro compactado (cloro en tabletas o gránulos), tienen este elemento en su composición. Esto tiene una especial incidencia en piscinas privadas, que no renuevan el agua todos los años y en las que el uso continuado de cloro en tabletas acaba produciendo al cabo del tiempo una altísima acumulación de este ácido.
ACO de Dryden Aqua es un estabilizador del cloro que no contiene ácido isocianúrico y por tanto el único que debería ser utilizado en piscinas públicas exteriores, en las que tener controlados los niveles cloro e isocianúrico es fundamental. ACO es un producto natural e inocuo que en ningún momento pone en riesgo la salud de los usuarios de la piscina.
ACO contiene óxidos de metal, como las cremas solares. El efecto que este componente produce en el agua de la piscina es hacer que los rayos UV de onda corta provenientes del sol se transformen en rayos de onda larga. Este efecto es el mismo que el que las cremas solares producen sobre la piel. Con PS-Pool Equipment los rayos de sol ya no “queman” el cloro, al igual que la piel protegida por crema no se quema por el sol.
Este cambio de onda corta a onda larga produce, además, una energía suficientemente potente como para romper la molécula de agua y generar radicales libres, grupos hidroxilos OH-, que tienen un alto poder de desinfección y que consiguen que todo el volumen de agua de la piscina se convierta en auto-esterilizante. El principio de funcionamiento de estos radicales libres es el mismo que el que se produce, por ejemplo en un equipo de hidrólisis, en el que la célula rompe la molécula de agua y produce grupos OH-. Estos radicales libres actúan muy eficazmente, pero en el caso de estos equipos de cloración, la hidrólisis se produce únicamente en el momento en el que el agua está pasando por dicha célula.
En una piscina tratada con ACO, dado que todo el volumen de agua está expuesta al sol, toda el agua es desinfectante y esta acción se produce de forma constante mientras haya sol. El producto, ACO, además no se consume durante este proceso, siendo preciso reponerlo sólo para compensar las pérdidas de producto que se hayan producido durante el lavado del filtro.
El uso de ACO está especialmente recomendado para piscinas con equipos de electrólisis o hidrólisis salina, ya que en mantenimiento de la piscina en los que queremos que haya muy poco cloro residual ese poder de desinfección extra que nos proporciona ACO nos permite disfrutar de una piscina limpia con mucho menos cloro. Además, el clorador trabaja menos y con ello se alarga la vida útil de la célula.
Los beneficios contrastados del uso de ACO junto con un equipo de cloración salina son los siguientes:
- 40% menos de turbidez
- 50% menos de cloro combinado
- 50% más de duración de la vida útil de la célula del clorador.
- 30% menos de consumo de cloro.
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